Imagen de la Virgen María y San Juan Pablo II en piedra de dolomita blanca de 27 cm

Altura: 27 CM
Ancho: 9 CM
Fondo: 7,50 CM
Peso: 1,40 KG
Material: DOLOMITAS
Acabado: POLYCHROME BLANC

Las imágenes de los santos son expresiones visibles de la fe y de la devoción cristiana, creadas para inspirar al creyente y recordarle el ejemplo de quienes vivieron con fidelidad el Evangelio. Cada escultura representa una vida entregada a Dios, un testimonio de virtud y santidad, y se convierte en una invitación a seguir el mismo camino de amor y esperanza.

Desde los primeros siglos, la Iglesia ha venerado las imágenes de los santos no como ídolos, sino como signos de la presencia divina que actúa en los hombres. Por eso, las esculturas sagradas ocupan un lugar central en templos, capillas y hogares, ayudando a mantener viva la devoción y el recuerdo de los intercesores celestiales.

En El Ángel Arte Sacro ofrecemos una amplia colección de imágenes de santos elaboradas artesanalmente, fabricadas en pasta de madera, talla de madera, resina, alabastro o piedra artificial. Cada pieza une arte, espiritualidad y tradición, y se realiza con fidelidad iconográfica y máximo detalle en la expresión y el acabado.

Las figuras en pasta de madera destacan por su ligereza y realismo. Modeladas y policromadas a mano, son ideales para capillas, parroquias y colecciones domésticas. Las imágenes en talla de madera representan la máxima calidad artesanal, talladas por imagineros expertos en maderas nobles como tilo o arce, y acabadas en policromía al óleo, dorado al agua o estofado tradicional.

Las imágenes de resina combinan resistencia, precisión en el modelado y belleza. Su policromía delicada y su durabilidad las hacen perfectas para templos, colegios, conventos o espacios exteriores. Los modelos en alabastro se distinguen por su blancura y transparencia, ofreciendo una imagen de serenidad y pureza, ideal para oratorios y altares domésticos.

Disponemos de imágenes de santos patronos, mártires, fundadores, doctores de la Iglesia y arcángeles, entre los que destacan san José, san Antonio de Padua, san Francisco de Asís, santa Teresa de Jesús, santa Rita, san Miguel Arcángel, san Benito y muchos otros. Cada representación se elabora con fidelidad a su iconografía tradicional y cuidando cada atributo: el hábito, los símbolos y los colores característicos de cada santo.

Las medidas y estilos varían desde figuras pequeñas de 10 o 15 centímetros, ideales para devoción personal, hasta esculturas de tamaño natural o procesional, destinadas a templos o hermandades. Los acabados pueden ser clásicos, envejecidos o policromados, según el entorno o la preferencia del cliente.

También realizamos encargos personalizados, adaptando las imágenes al gusto, advocación o tamaño solicitado. Nuestros talleres combinan las técnicas tradicionales de escultura sacra con los mejores materiales contemporáneos, garantizando obras únicas de gran calidad.

Más allá de su valor artístico, las imágenes de santos poseen un significado espiritual profundo. Son un recordatorio constante del llamado a la santidad que todo cristiano recibe, y un medio para mantener la fe viva a través de la oración y la contemplación.

En El Ángel Arte Sacro seleccionamos imágenes de santos de alta calidad, elaboradas por escultores y pintores devocionales que trabajan con respeto, fe y precisión. Cada obra une belleza, simbolismo y devoción, ayudando al creyente a crecer en la fe y a mantener viva la memoria de los amigos de Dios.

Más que esculturas, las imágenes de santos son testimonios vivos de fe, virtud y esperanza. En El Ángel Arte Sacro, cuidamos cada detalle para ofrecer piezas que unan arte, tradición y espiritualidad, convirtiéndose en verdaderos instrumentos de oración y de encuentro con lo divino.

Monastère de Bethléem.

Silencio, contemplación y belleza al servicio de la fe.

El Monastère de Bethléem, de l’Assomption de la Vierge et de Saint Bruno (Monasterio de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno) es una comunidad monástica católica de vida contemplativa, fundada en Francia en 1950 tras el Año Santo proclamado por Pío XII. Su vocación une la espiritualidad cartujana con una profunda dedicación al arte sacro, expresado a través de la creación de iconos, esculturas y objetos religiosos de inconfundible serenidad y pureza.

Las monjas y monjes del Monasterio elaboran sus piezas en un clima de silencio, oración y recogimiento, convirtiendo cada obra en un acto de alabanza a Dios. Su estilo, reconocido en todo el mundo, se caracteriza por la simplicidad de las formas, la sobriedad de los rostros y el equilibrio entre lo humano y lo divino, evocando la tradición bizantina y el arte cristiano primitivo.

Entre sus creaciones más conocidas destacan las imágenes de la Virgen con el Niño, Cristos, ángeles, santos e iconos esmaltados o en resina marmórea, trabajados con delicadeza manual y acabados mates que transmiten paz y espiritualidad. Cada pieza está pensada no solo como objeto devocional, sino como instrumento de contemplación.

El taller del Monasterio produce también cruces, rosarios e imágenes de pequeño formato, concebidos con el mismo espíritu de oración que inspira toda su obra. Su lema implícito podría resumirse en una sola idea: “Belleza que conduce al silencio y silencio que conduce a Dios.”

En El Ángel, las piezas del Monastère de Bethléem representan la unión perfecta entre arte, oración y pureza espiritual, siendo muy apreciadas por quienes buscan objetos de devoción sobrios, profundos y llenos de paz interior. Son obras que no solo se contemplan: se rezan.