Nuestra Señora del Abandono - Talla de madera - 121 cm - Monastère de Bethléem (Francia)

Otros datos: MADERA

Las imágenes de la Virgen María son una de las más altas expresiones del arte sacro y de la devoción cristiana. Representan a la Madre de Dios en sus distintas advocaciones, transmitiendo ternura, pureza y amor maternal. Cada escultura invita a la oración, al consuelo y a la confianza, recordando la presencia constante de María en la vida de los creyentes.

Desde los primeros siglos del cristianismo, los artistas han buscado reflejar en el rostro de la Virgen la dulzura, la fortaleza y la humildad de la mujer elegida por Dios. Por eso, las imágenes marianas ocupan un lugar central en templos, capillas y hogares, donde son signo de fe, intercesión y esperanza.

En El Ángel Arte Sacro ofrecemos una amplia colección de Vírgenes elaboradas artesanalmente, realizadas en pasta de madera, talla de madera, resina, alabastro, plata o porcelana. Cada pieza combina arte, devoción y fidelidad iconográfica, respetando los cánones tradicionales del arte cristiano y la belleza espiritual de la Madre de Dios.

Las Vírgenes de pasta de madera son ligeras, expresivas y cuidadosamente policromadas a mano. Son ideales para el culto doméstico o parroquial y destacan por su equilibrio entre realismo y delicadeza.

Las imágenes talladas en madera representan la forma más noble y artesanal de la imaginería mariana. Talladas por escultores especializados en maderas como tilo o arce, se terminan con policromía al óleo, dorado o estofado tradicional. Son piezas únicas, destinadas a capillas, altares o procesiones.

Las Vírgenes de resina ofrecen una opción resistente y detallada. Su policromía y su durabilidad las hacen adecuadas para interiores, colegios, comunidades religiosas o procesiones. También se fabrican en distintos tamaños, desde pequeñas figuras de 10 centímetros hasta esculturas monumentales.

Las Vírgenes de alabastro destacan por su blancura, suavidad y luminosidad. Su acabado translúcido evoca pureza y espiritualidad, convirtiéndolas en piezas elegantes y serenas, perfectas para capillas o espacios de oración.

Las Vírgenes de plata son auténticas joyas de orfebrería, trabajadas con precisión y brillo impecable. Pueden presentarse en plata maciza o chapada, con detalles grabados, esmaltes o aureolas decorativas. Son ideales como regalo devocional o para altares domésticos.

Las Vírgenes de porcelana se caracterizan por su finura y delicadeza. Los rostros suaves y las posturas elegantes transmiten serenidad y amor. Son piezas muy valoradas como objetos de colección o para la oración personal.

También disponemos de Vírgenes de vestir, elaboradas con cuerpos articulados o bustos tallados, pensadas para ser ataviadas con ropajes de tela, encajes y joyas. Estas imágenes son tradicionales en el arte sacro español e italiano, y su vestimenta puede personalizarse según la advocación o la ocasión litúrgica.

Entre nuestras advocaciones destacan la Inmaculada Concepción, la Virgen del Carmen, la Virgen de Fátima, la Virgen del Rosario, la Dolorosa, la Virgen de la Esperanza, la Virgen del Pilar y la Sagrada Familia. Cada modelo se elabora con esmero, cuidando los rasgos, la expresión y el simbolismo que identifican a cada representación.

Más allá de su valor artístico, las imágenes de la Virgen poseen un profundo significado espiritual. Son reflejo del amor maternal de María y de su papel como intercesora ante Dios. Cada escultura invita al recogimiento, a la oración y al consuelo, siendo un punto de encuentro entre la fe y la belleza.

En El Ángel Arte Sacro seleccionamos Vírgenes de alta calidad, elaboradas por artesanos y talleres de prestigio en España e Italia. Cada pieza une arte, espiritualidad y perfección técnica, convirtiéndose en una obra que eleva el alma y embellece cualquier espacio sagrado.

Más que una imagen, la Virgen es presencia viva de ternura y esperanza. En El Ángel Arte Sacro, cuidamos cada detalle para ofrecer esculturas que unan belleza, tradición y devoción, reflejando el amor eterno de la Madre de Dios hacia todos sus hijos.

Monastère de Bethléem.

Silencio, contemplación y belleza al servicio de la fe.

El Monastère de Bethléem, de l’Assomption de la Vierge et de Saint Bruno (Monasterio de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno) es una comunidad monástica católica de vida contemplativa, fundada en Francia en 1950 tras el Año Santo proclamado por Pío XII. Su vocación une la espiritualidad cartujana con una profunda dedicación al arte sacro, expresado a través de la creación de iconos, esculturas y objetos religiosos de inconfundible serenidad y pureza.

Las monjas y monjes del Monasterio elaboran sus piezas en un clima de silencio, oración y recogimiento, convirtiendo cada obra en un acto de alabanza a Dios. Su estilo, reconocido en todo el mundo, se caracteriza por la simplicidad de las formas, la sobriedad de los rostros y el equilibrio entre lo humano y lo divino, evocando la tradición bizantina y el arte cristiano primitivo.

Entre sus creaciones más conocidas destacan las imágenes de la Virgen con el Niño, Cristos, ángeles, santos e iconos esmaltados o en resina marmórea, trabajados con delicadeza manual y acabados mates que transmiten paz y espiritualidad. Cada pieza está pensada no solo como objeto devocional, sino como instrumento de contemplación.

El taller del Monasterio produce también cruces, rosarios e imágenes de pequeño formato, concebidos con el mismo espíritu de oración que inspira toda su obra. Su lema implícito podría resumirse en una sola idea: “Belleza que conduce al silencio y silencio que conduce a Dios.”

En El Ángel, las piezas del Monastère de Bethléem representan la unión perfecta entre arte, oración y pureza espiritual, siendo muy apreciadas por quienes buscan objetos de devoción sobrios, profundos y llenos de paz interior. Son obras que no solo se contemplan: se rezan.