Escultura de pequeño formato que representa a San José, patrono de la Iglesia universal, los trabajadores, los padres y los moribundos, sosteniendo con ternura al Niño Jesús.
Elaborada en piedra de dolomita y acabada en tonos blanco y marrón, esta pieza es una creación sobria y profundamente devocional del Monasterio de Belén.
Materiales y diseño.
Tallada en piedra de los Dolomitas y terminada con policromía en tonos cálidos marrones y blancos, esta figura transmite calidez, protección y espiritualidad.
San José aparece con un lirio en una mano —símbolo de pureza— y al Niño Jesús en brazos, en una pose cercana y afectuosa.
La base octogonal está integrada en el diseño general.
Medidas.
Altura:
11,5 cm.
Ancho:
4 cm.
Fondo:
3,5 cm.
Peso:
100 g.
Perfecta para espacios devocionales reducidos, escritorios o como imagen de viaje.
Uso devocional.
Ideal para regalar en comuniones, confirmaciones, nacimientos o como detalle de fe en visitas pastorales o familiares.
Por su tamaño y ligereza, puede acompañar en viajes o colocarse fácilmente en cualquier espacio íntimo de oración.
Resumen.
Una figura sencilla pero llena de profundidad espiritual, que recuerda el cuidado paternal y silencioso de San José.
Una pieza única del Monasterio de Belén que une belleza, simbolismo y devoción..

Escultura de San Bernardo de Claraval, doctor de la Iglesia, reformador del Císter y patrono de los apicultores, los montañistas, los esquiadores y de aquellos que buscan la sabiduría espiritual.
Esta representación, elaborada por el Monasterio de Belén, combina fuerza contemplativa y sobriedad estética.
Materiales y diseño.
Realizada en piedra de los Dolomitas con acabado policromado blanco, esta imagen presenta a San Bernardo con hábito monástico, portando un pergamino en una mano y un báculo de guía en la otra.
La superficie ligeramente rugosa, los trazos simplificados y la base de madera natural refuerzan el estilo sobrio, fiel al espíritu cisterciense.
Medidas.
Altura:
37,5 cm.
Ancho:
12 cm.
Fondo:
9 cm.
Peso:
2,58 kg.
Tamaño mediano-grande, ideal para espacios devocionales amplios o institucionales.
Uso devocional.
Perfecta para monasterios, casas de retiro, bibliotecas religiosas, salas de estudio o comunidades cistercienses.
También recomendada como figura protectora para quienes tienen especial vínculo con la montaña o ejercen labores de dirección espiritual.
Resumen.
Una imagen que transmite profundidad teológica, austeridad monástica y solidez espiritual.
Obra fiel al estilo contemplativo del Monasterio de Belén, ideal para quienes veneran a San Bernardo como maestro y guía en la fe..

Escultura que representa a Santa Ana, madre de la Virgen María, junto a su hija niña, en una escena de ternura y enseñanza.
Esta versión incluye la inscripción “Sainte Anne” en la base, reforzando su identidad devocional como patrona de los abuelos, las madres y educadores cristianos.
Materiales y diseño.
Elaborada en piedra de los Dolomitas con acabado ivorina, esta imagen presenta una estética clara y detallada.
Santa Ana aparece de pie, en actitud protectora, mientras la Virgen niña se apoya suavemente en ella.
Ambas figuras visten túnicas decoradas con grabados geométricos, evocando motivos iconográficos antiguos.
La base cuadrada, del mismo material, lleva la inscripción “Sainte Anne” grabada en relieve.
Medidas.
Altura:
22 cm.
Ancho:
7 cm.
Fondo:
7,5 cm.
Peso:
790 g.
Tamaño medio, apropiado para oratorios, vitrinas o espacios familiares de oración.
Uso devocional.
Ideal como símbolo de la maternidad cristiana, la transmisión de la fe, y la protección familiar.
Perfecta para regalar a madres, abuelas, catequistas o como recuerdo en celebraciones como bautizos, comuniones o el Día de la Madre.
Resumen.
Una imagen que une belleza, espiritualidad y tradición familiar.
El Monasterio de Belén presenta aquí una obra serena y simbólica que honra a Santa Ana como educadora de la Virgen y modelo de transmisión de la fe..