Este cáliz combina sobriedad con riqueza decorativa a través de una banda martillada en la copa y un nudo con pequeñas incrustaciones de pedrería en tono rubí.
Su equilibrio entre funcionalidad y ornamento lo convierte en una opción ideal para celebraciones solemnes y cotidianas.
Materiales y diseño.
Fabricado en metal con acabado dorado brillante.
La copa, alta y ligeramente acampanada, incluye una banda martillada que aporta textura y valor artesanal.
El nudo, de forma esférica, está decorado con motivos vegetales y pequeñas piedras de tono burdeos que le añaden un sutil toque litúrgico.
La base, redondeada y bien proporcionada, también incorpora detalles martillados que unifican el diseño.
Medidas.
Altura:
20,5 cm.
Diámetro de la copa:
9,5 cm.
Capacidad:
300 ml.
Uso litúrgico.
Recomendado para misas dominicales, celebraciones solemnes, capillas o como cáliz personal para sacerdotes o comunidades religiosas.
Su diseño lo hace apto tanto para contextos tradicionales como contemporáneos.
Una pieza que une textura, luz y dignidad al servicio del altar.
Este cáliz refleja la solemnidad del Sacramento y el cuidado en cada detalle litúrgico, acompañando la Eucaristía con elegancia y simbolismo..

San Juan Bautista, precursor del Mesías y testigo del Cordero de Dios, es representado aquí con sus atributos tradicionales:
la cruz alta, la concha bautismal y el cordero a sus pies.
Esta figura evoca su misión profética, su vida austera en el desierto y su firme llamado a la conversión.
Materiales y diseño.
Figura elaborada en resina de poliéster y pintada a mano.
San Juan aparece de pie, con túnica rústica en tonos tierra y detalles dorados.
Sostiene con una mano una cruz alta y con la otra una concha, símbolo del bautismo.
A sus pies, sobre una base decorada en dorado, se encuentra un cordero blanco, referencia directa a Cristo, el Cordero de Dios.
Medidas.
Altura:
13 cm.
Base:
aproximadamente 5 x 4 cm.
Acabado.
Acabado satinado, con pintura aplicada cuidadosamente en tonos naturales.
El dorado en los bordes del manto aporta elegancia sin restar sencillez.
La cruz es metálica, estilizada, y se integra bien en la escena.
El rostro del santo transmite seriedad y recogimiento.
Uso devocional.
Ideal para oratorios, escritorios, vitrinas devocionales o como regalo en confirmaciones, retiros espirituales o comunidades que celebran a este gran profeta.
Muy adecuada para espacios donde se proclame el Evangelio o se celebre el sacramento del bautismo.
Resumen.
Una figura simbólica y profundamente espiritual que nos recuerda el llamado a preparar el camino del Señor.
San Juan Bautista, testigo de la luz, nos invita a vivir con autenticidad, humildad y firmeza en la fe..