Farol abierto de metal y cristales - 27 cm

Los faroles de mano cofrades son uno de los elementos más tradicionales y reconocibles de las procesiones de Semana Santa. Su luz discreta y constante acompaña el caminar de los penitentes, creando un ambiente de recogimiento, orden y solemnidad en el cortejo. Más allá de su función práctica, el farol de mano es también símbolo de fe, guía y esperanza, expresión visible de la oración que ilumina la noche.

Su origen se remonta a los siglos XVI y XVII, cuando los fieles que participaban en los desfiles procesionales llevaban lámparas de aceite para alumbrar las calles y señalar el paso de las imágenes. Con el tiempo, estos faroles evolucionaron hacia piezas de orfebrería cofrade, cuidadosamente elaboradas, que combinan funcionalidad y belleza artesanal.

En El Ángel Arte Sacro ofrecemos faroles de mano cofrades fabricados artesanalmente, elaborados en latón, bronce o aluminio, con acabados dorados, plateados, envejecidos o bimetálicos. Cada modelo está diseñado para ser ligero, resistente y seguro, garantizando comodidad durante el recorrido procesional.

Los diseños clásicos presentan estructura octogonal, cuadrada o cilíndrica, con cristales transparentes, biselados o coloreados. Las versiones modernas incluyen líneas más sencillas y limpias, ideales para hermandades de estilo contemporáneo. En todos los casos, los faroles están concebidos para proteger la llama o la luz eléctrica del viento y del movimiento, manteniendo una iluminación constante.

Los sistemas de iluminación pueden ser de vela tradicional, bombilla o LED recargable, con interruptor oculto o batería integrada, ofreciendo una opción práctica y segura. Los cristales, de gran calidad óptica, se montan sobre bastidores metálicos reforzados, con cierres seguros y fácil acceso para su limpieza o sustitución de la fuente de luz.

Cada farol de mano se equipa con asa o empuñadura ergonómica, fabricada en madera, metal o material aislante, que facilita el agarre durante largas procesiones. Algunos modelos incluyen anilla o gancho superior, que permite colgar el farol cuando no se utiliza. También pueden personalizarse con el escudo, nombre o insignia de la hermandad, grabados o aplicados en el metal.

Los colores y acabados varían según el estilo y la tradición de cada cofradía, pudiendo coordinarse con los faroles de guía, estandartes o varales procesionales. Se ofrecen en distintos tamaños, desde modelos pequeños para penitentes hasta faroles de mayor diámetro para hermanos de presidencia o servidores del paso.

Más allá de su valor artístico, el farol de mano cofrade tiene un significado espiritual profundo. Su luz simboliza la presencia de Cristo en medio del pueblo, el testimonio de fe que cada penitente porta con humildad. Caminar con un farol encendido es participar del misterio de la Pasión, llevando en las manos una llama de esperanza y oración.

En El Ángel Arte Sacro seleccionamos faroles de mano cofrades de alta calidad, fabricados con precisión artesanal y materiales duraderos. Cada pieza está diseñada para resistir el paso del tiempo, mantener su brillo y acompañar con dignidad las procesiones y actos de culto.

Más que un accesorio procesional, el farol de mano es una luz de fe que ilumina el camino de la devoción. En El Ángel Arte Sacro, cuidamos cada detalle para ofrecer faroles que combinen belleza, funcionalidad y simbolismo, manteniendo viva la tradición cofrade y el espíritu de oración que acompaña cada estación de penitencia.

Orfebres Religiosos Españoles.

Maestría, tradición y devoción en el arte litúrgico nacional.

Bajo la denominación “Orfebres Religiosos Españoles” se agrupan los talleres y maestros dedicados a la orfebrería sacra en España, una de las disciplinas artísticas más antiguas y prestigiosas del patrimonio religioso del país. Desde la Edad Media, la península ibérica ha sido cuna de orfebres que, generación tras generación, han sabido transformar el metal en arte al servicio del culto.

Los talleres actuales mantienen vivas las técnicas tradicionales —fundición, cincelado, repujado, torneado, grabado y dorado al fuego o al baño— aplicadas con la misma precisión que antaño. Su producción abarca todos los elementos propios de la liturgia: cálices, copones, custodias, patenas, crismeras, candelabros, navetas, incensarios, vinajeras, sagrarios, atriles y crucifijos, entre otros.

Los orfebres españoles destacan por su dominio de los metales nobles —latón, bronce y plata de ley— y por el equilibrio entre robustez técnica y belleza artística. Cada pieza combina simetría, proporción y elegancia, fiel a la estética heredada del Barroco y el Neoclasicismo, pero adaptada a las exigencias litúrgicas contemporáneas.

Muchos de estos talleres —ubicados en Toledo, Córdoba, Sevilla, Madrid y Valencia— trabajan todavía de manera artesanal, garantizando la autenticidad de cada obra. Los acabados pueden incluir baños de oro fino, plateado brillante, niquelado o envejecido artístico, siempre realizados con atención al detalle y respeto por el símbolo sagrado.

En El Ángel, los Orfebres Religiosos Españoles representan la excelencia artesanal y espiritual del arte sacro nacional, ofreciendo obras de gran calidad, durabilidad y belleza, destinadas a templos, comunidades religiosas y coleccionistas que buscan piezas hechas en España, con alma, historia y devoción.