Santa Juana de Cusa, también conocida como beata Juana, fue una mujer cristiana del siglo I vinculada a la corte de Herodes, convertida por la predicación de Jesús y fiel discípula suya hasta el martirio.
Representa la fidelidad y la discreción del seguimiento de Cristo en ambientes hostiles.
Su imagen, sencilla y recogida, refleja humildad, fortaleza interior y profunda unión espiritual con la cruz.
Materiales y diseño.
Figura realizada en resina de poliéster, pintada a mano.
Juana aparece de pie, con hábito marrón y velo negro sobre túnica clara, en actitud de recogimiento.
Sostiene con ternura un crucifijo de madera dorada entre sus brazos.
A sus pies se encuentra una corona caída, símbolo de su renuncia a los honores mundanos por seguir a Cristo.
La base es rectangular, en tonos dorado y negro.
Medidas.
Altura:
20 cm.
Base:
rectangular, aprox.
6 x 5 cm.
Acabado.
Pintura satinada con tonos tierra, marrones y dorados.
El rostro transmite serenidad, humildad y oración profunda.
Los detalles del crucifijo, la corona caída y los pliegues del hábito están bien definidos.
Uso devocional.
Ideal para comunidades contemplativas, religiosas, mujeres consagradas o laicos comprometidos en ambientes hostiles a la fe.
También es apropiada como inspiración para quienes buscan vivir el Evangelio con valentía en la vida cotidiana.
Resumen.
Una figura sobria y espiritual que transmite entrega total y firmeza en la fe.
Santa Juana de Cusa es testimonio silencioso de amor perseverante a Cristo en medio del mundo..