San Peregrino, religioso servita del siglo XIII, es patrono de los enfermos de cáncer y de enfermedades incurables.
Esta imagen lo muestra en su postura clásica, revelando con humildad la llaga de su pierna, símbolo de su sufrimiento ofrecido con fe.
Portando un crucifijo y vestido con hábito negro, es una figura profundamente consoladora para quienes atraviesan momentos de dolor físico o espiritual.
Materiales y diseño.
Figura realizada en resina de poliéster, pintada a mano.
San Peregrino aparece de pie, con hábito negro con detalles dorados.
En su mano izquierda levanta ligeramente el hábito para mostrar la pierna herida, mientras que en la derecha sostiene un crucifijo.
Su rostro es sereno, con tonsura visible y expresión recogida.
La base es circular y decorada con cenefa dorada.
Medidas.
Altura:
12,5 cm.
Base:
circular, aprox.
5 cm de diámetro.
Acabado.
Pintura satinada.
El negro del hábito contrasta con el tono claro del rostro y los dorados de la base.
La herida en la pierna está discretamente modelada, con toque realista pero respetuoso.
El crucifijo tiene buen detalle para el tamaño de la figura.
Uso devocional.
Especialmente recomendada para orar por personas enfermas, especialmente con cáncer, o para regalar a quienes buscan consuelo en medio del sufrimiento.
Muy adecuada para hospitales, habitaciones, oratorios personales o altares comunitarios.
Resumen.
Una figura de gran valor espiritual que transmite fe, esperanza y fortaleza ante la enfermedad.
San Peregrino es un intercesor silencioso y firme para quienes necesitan consuelo en la cruz del dolor..