San Pedro, príncipe de los apóstoles y primer Papa de la Iglesia, es representado aquí con su iconografía tradicional: las llaves del Reino y un pergamino, símbolo de su misión de enseñar y custodiar la fe. Esta imagen transmite su papel como guía espiritual y su fortaleza a pesar de sus caídas. Es especialmente venerado como patrono de la Iglesia universal, los pescadores y los pastores espirituales. Materiales y diseño. Figura elaborada en resina de poliéster, pintada a mano. San Pedro aparece de pie, con túnica verde azulada, manto marrón con bordes dorados, sosteniendo en su mano derecha un manojo de llaves y en la izquierda un pergamino. El rostro, con barba y cabello canoso, muestra serenidad y madurez. La base es redonda, amplia, con relieves ornamentales en dorado. Medidas. Altura: 20 cm. Base: aproximadamente 6 x 6 cm. Acabado. Pintura satinada en tonos cálidos y equilibrados. Los pliegues del manto y la expresión facial están bien definidos. Las llaves tienen relieve y buen acabado metálico. La figura tiene buen peso visual y estabilidad. Uso devocional. Ideal para altares parroquiales, vitrinas devocionales, capillas domésticas o como regalo a sacerdotes y catequistas. También es muy apropiada como recordatorio de la fe firme en momentos de duda o tribulación espiritual. Resumen. Una imagen sólida y llena de simbolismo que recuerda la vocación al liderazgo humilde, al perdón sincero y a la fidelidad perseverante. San Pedro sigue siendo hoy una roca en la que muchos apoyan su caminar de fe..