Hermosa imagen de la Virgen de Guadalupe, de 9 cm de altura, elaborada en resina de poliéster.
Representada con su clásico manto verde con estrellas doradas y túnica rosada, la Virgen aparece en actitud de oración, sobre una base con un ángel a sus pies y rodeada por un resplandor dorado.
Una pieza llena de simbolismo y devoción, ideal para altar, regalo o colección.
Patrona de México y Emperatriz de América, venerada en la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México.
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El Divino Niño Jesús aparece sentado sobre una cuna de paja tallada, con los brazos abiertos y una expresión serena y acogedora.
Viste túnica blanca con ribetes dorados, y en el centro del pecho destaca la imagen del Sagrado Corazón, rodeado de rayos dorados.
La gran aureola de haces dorados que enmarca su cabeza refuerza el carácter glorioso y redentor del Niño Dios.
Esta imagen une la ternura de la infancia con la profundidad de la devoción al Corazón de Jesús.
Materiales y diseño.
Tallada a mano en madera de arce o tilo por artesanos de Val Gardena (Italia), esta imagen destaca por la calidad del modelado y la expresividad del rostro.
La túnica blanca fluye con naturalidad sobre el cuerpo infantil.
El Sagrado Corazón está detalladamente policromado con tonos cálidos y remarcado por una aureola solar.
La base simula una cama de paja tallada, y la aureola de rayos dorados aporta fuerza simbólica y litúrgica al conjunto.
Medidas:– Altura: A elegir.
– Acabado: A elegir.
– Material: Madera de arce o tilo.
– Técnica: Talla artesanal y policromía manual.
– Procedencia: Val Gardena (Italia).
– Estilo: Devocional, glorioso y clásico.
Uso devocional.
Ideal para altares domésticos, belenes solemnes, capillas o como figura central en celebraciones del Sagrado Corazón de Jesús desde la infancia.
También apropiada para adoración, novenas o entronizaciones del Niño Jesús.
Resumen.
La imagen Ref.
9006AH del Niño Jesús vestido con Corazón sentado en cuna es una obra profundamente simbólica que une la infancia de Cristo con su amor redentor.
Su presencia serena y su calidad artística hacen de esta figura una pieza central para la oración y la contemplación.
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