Cíngulo para albas en seda rojo y dorado

– Material: seda.
– Color: rojo y dorado.
– Uso: complemento para albas y túnicas.
Uso recomendado.
Especialmente indicado para fiestas litúrgicas, celebraciones de mártires, Pentecostés y solemnidades que requieran el color rojo combinado con detalles dorados.

El cíngulo es una cuerda o cordón que forma parte del ajuar litúrgico del sacerdote, del diácono y de los ministros del altar. Su función principal es ceñir el alba o la túnica a la cintura, pero su valor trasciende lo práctico: es un símbolo de pureza, dominio de los sentidos y disposición interior para el servicio de Dios.

El nombre proviene del latín cingulum, que significa “ceñidor” o “faja”. Desde los primeros siglos del cristianismo, el cíngulo ha estado presente en la vestimenta litúrgica como signo de modestia y preparación espiritual. Al colocárselo, el sacerdote reza: “Ciñe, Señor, mis lomos con el cíngulo de la pureza y apaga en mí el fuego de las pasiones desordenadas”, recordando así su entrega total al ministerio sagrado.

En El Ángel Arte Sacro ofrecemos cíngulos litúrgicos elaborados artesanalmente, confeccionados en hilos trenzados de algodón, rayón, seda o fibras metálicas, con acabados de gran resistencia y suavidad al tacto. Cada modelo se realiza con esmero, manteniendo la flexibilidad y el equilibrio necesarios para un ajuste cómodo y seguro alrededor del alba.

Los cíngulos clásicos suelen presentarse en color blanco o marfil, mientras que los cíngulos litúrgicos siguen el código de colores de la Iglesia:

Verde para el tiempo ordinario.

Rojo para Pentecostés, mártires y la Pasión del Señor.

Morado para Adviento y Cuaresma.

Blanco o dorado para solemnidades y celebraciones festivas.

Cada cíngulo termina en dos borlas ornamentales o nudos decorativos que cuelgan lateralmente, elaborados con el mismo hilo o en combinación bicolor. Algunos modelos incorporan detalles metálicos o trenzados especiales que realzan su presencia sobre el alba, aportando sobriedad y elegancia.

Los cíngulos de seda o rayón destacan por su brillo y caída natural, ideales para celebraciones solemnes, mientras que los de algodón son perfectos para el uso diario por su ligereza y facilidad de lavado. Los modelos de gala pueden personalizarse con hilos dorados o plateados, creando un efecto de distinción en las grandes festividades litúrgicas.

En El Ángel Arte Sacro seleccionamos cíngulos litúrgicos de alta calidad, elaborados por talleres especializados en ornamentos sacerdotales, que garantizan durabilidad, suavidad y un trenzado impecable. Cada pieza se entrega cuidadosamente presentada, lista para acompañar al sacerdote en la celebración de los santos misterios.

Más que un simple accesorio, el cíngulo es un signo de preparación y pureza interior, un recordatorio de que quien sirve en el altar debe hacerlo con humildad, orden y recogimiento. En El Ángel Arte Sacro, cada modelo une tradición, arte textil y devoción, reflejando en su sencillez la belleza del servicio litúrgico.

Artesanos Italianos del Arte Religioso en General.

Elegancia, técnica y tradición en el arte sacro europeo.

La denominación “Artesanos Italianos del Arte Religioso” comprende a los numerosos talleres y maestros artesanos de Italia dedicados a la escultura, orfebrería, pasamanería, pintura devocional y confección de ornamentos litúrgicos, herederos directos del esplendor artístico del Renacimiento y el Barroco.

Italia ha sido, desde hace siglos, cuna del arte cristiano. En sus regiones —Toscana, Lombardía, Veneto, Trentino o Sicilia— se conservan escuelas de imaginería y orfebrería que combinan el dominio técnico con una profunda sensibilidad espiritual. Los artesanos italianos destacan por su finura en el modelado, equilibrio de proporciones y armonía estética, cualidades que han hecho de sus obras un referente internacional.

Su producción abarca un amplísimo espectro: esculturas religiosas en madera, resina o terracota; belenes y figuras de Natividad; objetos litúrgicos; bordados eclesiásticos; lámparas de aceite; cuadros devocionales y elementos decorativos. Cada pieza es fruto de un cuidadoso proceso manual que une buen gusto, precisión y sentido de lo sagrado.

Los talleres italianos emplean materiales nobles —madera, bronce, plata, pan de oro, tejidos brocados o sedas litúrgicas— y aplican acabados de gran calidad, garantizando durabilidad y belleza. Sus obras se distinguen por una estética equilibrada entre lo clásico y lo contemporáneo, manteniendo siempre la fidelidad a la tradición iconográfica de la Iglesia.

En El Ángel, los Artesanos Italianos del Arte Religioso representan la excelencia artística del arte sacro europeo, valorada por su pureza formal, elegancia y minuciosidad, ideales para templos, altares, coleccionistas o devoción personal. Cada creación es un testimonio del vínculo entre el arte, la fe y la belleza que caracteriza al espíritu italiano.