Niño Jesús de Praga - Imagen en dolomita policromada - Altura: 21 cm

Altura: 21 CM
Ancho: 11 CM
Fondo: 6,50 CM
Peso: 715 GR
Material: DOLOMITAS
Acabado: POLYCHROME BLANC / ROUGE

Las imágenes de Jesús son el corazón del arte sacro cristiano y la manifestación más profunda de la fe en el Hijo de Dios hecho hombre. Cada representación de Cristo busca reflejar su amor, su misericordia y su entrega redentora, invitando a la oración, al consuelo y a la contemplación del misterio de la salvación.

Desde los primeros siglos de la Iglesia, la figura de Jesús ha sido el tema central de la iconografía cristiana. Con el paso del tiempo, el arte religioso ha dado forma a múltiples advocaciones que expresan distintos momentos de su vida y aspectos de su divinidad y humanidad. En todas ellas, el creyente encuentra la mirada serena y compasiva del Salvador.

En El Ángel Arte Sacro ofrecemos una amplia colección de imágenes de Jesús elaboradas por imagineros y escultores de prestigio, realizadas en madera tallada, resina, pasta de madera o piedra artificial. Cada pieza se pinta y decora a mano con técnicas tradicionales de policromía, estofado o dorado, uniendo belleza artística y profundidad espiritual.

Entre las advocaciones más destacadas se encuentran:

Sagrado Corazón de Jesús, símbolo del amor y la misericordia divina.

Cristo Crucificado, representación del sacrificio redentor.

Cristo Resucitado, imagen de la victoria sobre la muerte y la promesa de vida eterna.

Jesús de la Misericordia, que invita al perdón y a la esperanza.

Jesús Nazareno, modelo de entrega y fortaleza en el camino de la cruz.

Cristo Rey, que proclama la soberanía de Dios sobre el universo.

Cristo Eucarístico, presencia viva del Señor en el Sacramento.

Las imágenes están disponibles en diferentes tamaños y estilos, desde pequeñas figuras devocionales para oratorios o capillas domésticas hasta esculturas de gran formato destinadas a templos o procesiones. Los acabados pueden ser naturales, policromados, envejecidos o dorados, adaptándose al gusto y al entorno litúrgico.

Los rostros de Jesús destacan por su expresividad y serenidad. En ellos se percibe la profundidad de su compasión, la dulzura de su mirada y la majestad divina de su presencia. Cada obra está diseñada para transmitir paz y cercanía, convirtiéndose en un punto de encuentro entre el creyente y el Redentor.

Además de su valor artístico, las imágenes de Jesús tienen un significado espiritual inmenso. Son instrumentos de oración y catequesis, medios por los que el fiel puede contemplar el misterio de la Encarnación y experimentar el amor de Cristo. Su presencia en los templos, hogares o colegios recuerda que Dios está siempre cerca y que su rostro es reflejo de ternura y perdón.

En El Ángel Arte Sacro seleccionamos imágenes de Jesús de la más alta calidad, elaboradas con fidelidad a la tradición escultórica española e italiana. Cada pieza se entrega cuidadosamente protegida, lista para su colocación en altares, capillas o espacios devocionales.

Más que esculturas, las imágenes de Jesús son presencias vivas de fe y esperanza. En El Ángel Arte Sacro, cuidamos cada detalle para ofrecer obras que unan arte, devoción y belleza, ayudando al creyente a encontrarse con Cristo a través del arte y la oración.

Monastère de Bethléem.

Silencio, contemplación y belleza al servicio de la fe.

El Monastère de Bethléem, de l’Assomption de la Vierge et de Saint Bruno (Monasterio de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno) es una comunidad monástica católica de vida contemplativa, fundada en Francia en 1950 tras el Año Santo proclamado por Pío XII. Su vocación une la espiritualidad cartujana con una profunda dedicación al arte sacro, expresado a través de la creación de iconos, esculturas y objetos religiosos de inconfundible serenidad y pureza.

Las monjas y monjes del Monasterio elaboran sus piezas en un clima de silencio, oración y recogimiento, convirtiendo cada obra en un acto de alabanza a Dios. Su estilo, reconocido en todo el mundo, se caracteriza por la simplicidad de las formas, la sobriedad de los rostros y el equilibrio entre lo humano y lo divino, evocando la tradición bizantina y el arte cristiano primitivo.

Entre sus creaciones más conocidas destacan las imágenes de la Virgen con el Niño, Cristos, ángeles, santos e iconos esmaltados o en resina marmórea, trabajados con delicadeza manual y acabados mates que transmiten paz y espiritualidad. Cada pieza está pensada no solo como objeto devocional, sino como instrumento de contemplación.

El taller del Monasterio produce también cruces, rosarios e imágenes de pequeño formato, concebidos con el mismo espíritu de oración que inspira toda su obra. Su lema implícito podría resumirse en una sola idea: “Belleza que conduce al silencio y silencio que conduce a Dios.”

En El Ángel, las piezas del Monastère de Bethléem representan la unión perfecta entre arte, oración y pureza espiritual, siendo muy apreciadas por quienes buscan objetos de devoción sobrios, profundos y llenos de paz interior. Son obras que no solo se contemplan: se rezan.